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La Virgen de la Merced vestida para sus cultos

Nuestra Madre y Señora de la Merced ha sido preparada por su vestidor y camareras para sus cultos solemnes del mes de septiembre.

Para la ocasión el hábito de la Santísima Virgen se compone por una túnica realizada con un magnífico tejido espolinado en sedas de colores e hilos metálicos dorados y plateados del segundo tercio del siglo XVIII, confeccionada en 2018 por Dña. Mª del Carmen Barrero Barrera a partir de una antigua casulla regalada a los PP. Mercedarios por las Comendadoras del Espíritu Santo en 1940. El escapulario, bordado en oro y sedas de colores con la característica representación de san Pedro Nolasco y san Ramón Nonato, se fecha en torno a 1950, procedente de una casulla regalada al padre Amerio Sancho, O. de M., por el doctor D. Casimiro Serra. La capa por su parte es de raso blanco, bordado en aplicación por D. Guillermo Olivares Magro, y donado por él mismo a Nuestra Señora, entre 1970 y 1980.

Son destacables los estrenos de la mantilla que toca su cabeza, una pieza de chantillí blanco (color poco usual en esta tipología de encajes) datada a finales del siglo XIX, regalada por unos hermanos, al igual que los puños de encaje Point de Gaze. Así mismo estrena una camisa blanca de fina batista, donada por la familia nazarena Robles-Bermudo y realizada por la devota Doña Francisca Bermudo Cocinero, así como unas enaguas donadas y ejecutadas por Dña. Claudia Romero Rodríguez.

En su mano derecha luce cetro de plata, signo de realeza, y con la izquierda ofrece el escapulario, una antigua pieza bordada en oro que estrenó en la pasada Procesión del Escapulario. Culmina su iconografía el juego de corona, media luna y ráfaga plateadas.

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