En primer lugar, a todos nuestros hermanos y hermanas, que con su ejemplar participación en la Eucaristía y el cortejo procesional dieron público testimonio de su compromiso con el carisma de nuestra Orden. Así mismo les agradecemos todas y cada una de las aportaciones y donaciones que ofrecieron con el amoroso fin de dotar del merecido decoro y solemnidad la celebración de este acto.
Agradecemos a nuestros queridos hermanos de la Fraternidad Seglar Servita de Carmona, la cesión de las andas para Nuestra Santísima Madre, así como la ofrenda floral que entregaron y su participación, tanto en la Misa como formando parte del cortejo de nuestra procesión, con una representación encabezada por su Prior.
A nuestras Madres Mercedarias del convento de la Asunción le damos las gracias por el préstamo de la correa bordada de la imagen de la Merced "Fernandina" para que ciñese la cintura de la talla de nuestra Madre. Asimismo, mostramos nuestra gratitud en la cesión de las varas de la antigua Esclavitud de Seglares de Nuestra Señora de la Merced. No podemos olvidarnos de las queridas Madres Mercedarias del convento de San José y las hermandades de las Mercedes Coronada de Puerta Real, La Cena, Confalón de Écija y Santo Entierro, por contribuir con el gentil gesto de cedernos diversos enseres cultuales.
A la Banda de Música Juvenil de la Cruz Roja de Sevilla por solemnizar tan brillantemente el acto con los sones de sus marchas procesionales. La formación ya forma parte de nuestra historia reciente en el convento de San Gregorio.
Al cuerpo de acólitos de Valencina de la Concepción por su magnífico trabajo durante la Misa de Fraternidad y procesión.
A D. José Manuel Palomo Rodríguez, equipo de auxiliares y miembros de su cuadrilla por la excepcional labor en la tarea de dirigir y portar las andas de Nuestra Señora.
A nuestros queridos D. Alberto Paredes Martín y D. Jesús Espadas Alemañy, encargados de exornar maravillosamente para tan solemne acto las andas y la puerta de nuestra iglesia, desde donde la Virgen bendijo su calle Alfonso XII.
A todos y cada uno de los numerosos devotos de Nuestra Madre y Señora de la Merced que nos acompañaron en tan hermosa noche. A todos, gracias, os tendremos presentes en nuestras oraciones al Señor y a nuestra Madre, la dulcísima Redentora de cautivos.