Como reza el salmo 92: “la santidad es el adorno de tu casa”, y por ello la Merced siente que la expresión más hermosa de su vida son los religiosos, religiosas y laicos que inculcados por el carisma redentor, se han manifestado fieles a su vocación mercedaria. Hoy como ayer, acompañados de los santos que nos han precedido, la santidad es el camino y la meta.
Para la gloriosa ocasión la Santísima Virgen se viste con hábito compuesto por una original saya de brocado con diversos motivos vegetales y palomas, escapulario de raso pintado en óleo con naturalista decoración al gusto monjil de principios de los años cincuenta y manto de damasco blanco con hilos dorados estrenado en 2010.
A modo de tocado luce una antigua pieza de tul bordado y realizado en su totalidad con hilo de algodón, donado el pasado año 2020 por un grupo de devotos. Así mismo cubre su cabeza con una toca de hilos dorados de mediados del siglo pasado.
En su mano derecha luce cetro de plata signo de realeza y en la izquierda escapulario de raso bordado entre 1970 y 1980 por Guillermo Olivares Magro y donado por él mismo. Culmina su iconografía el juego de corona, ráfaga y media luna plateadas que la ensalza como Reina universal.
FOTOGRAFÍAS | NHD. JOSÉ MANUEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y NHD. CARLOS RIVERO GRACIA.
