Según la tradición, su muerte fue repentina mientras se encontraba camino de Roma donde el papa Gregorio IX le impondría el capelo tras su nombramiento como cardenal, no habiendo sacerdote que le pudiera administrar el viático, lo recibió milagrosamente administrado por el mismo Jesucristo.
Es sin duda el santo mercedario más popular, debido especialmente a la acción de los misioneros que lo tenían como protector. Por ello su imagen se encuentra esparcida por todo el orbe con algunos elementos que lo identifican, como es la palma de martirio con la triple corona, y el ostensorio con el Santísimo Sacramento en su mano derecha. Por el hecho milagroso de su nacimiento es el patrono de las mujeres embarazadas, al que se acogen en el momento del parto. La Orden de la Merced recoge en su Ritual dos elementos vinculados a san Ramón: la bendición de la madre gestante y la bendición del agua en favor de los enfermos.
El 5 de noviembre de 1625 se consiguió el decreto de reconocimiento de culto inmemorial. Se insertó en el Martirologio romano el 19 de junio de 1655; y Clemente IX concedió la extensión del oficio y la misa a toda la Iglesia ad libitum. Inocencio XI lo elevó a rito doble obligatorio para toda la iglesia el 10 de marzo de 1681.
En nuestra conventual iglesia de San Gregorio se venera una devota imagen del santo, en cuyo altar es habitual ver diversos ramos y centros de flores de agradecimiento por su intercesión en el momento de dar a luz a una nueva vida. Así mismo, Ntra. Madre y Sra. de la Merced cuenta con una presea en forma de relicario de plata del s. XVIII con la imagen pintada al óleo sobre cristal
En imagen: pintura de san Ramón Nonato (s. XVIII). Anónimo. Óleo sobre cristal. Presea de Ntra. Madre y Sra. de la Merced.