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Cuaresma, tiempo de conversión

La Cuaresma es un período de 40 días que la iglesia dedica a preparar la celebración de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. El hecho de ser tantos días demuestra la importancia que la Iglesia da a este misterio del Señor. Además, 40 días tiene un sentido simbólico: equivale a los 40 años de Israel en el desierto y los 40 días que Jesús pasó en el desierto en oración y ayuno. La iglesia nos invita a hacer la misma experiencia del pueblo de Israel y de Jesús (Mt 4,2).

El lema de la Cuaresma lo oímos ya el primer día, miércoles de ceniza: “Convertíos y creed en el evangelio” (Mc 1, 15). En cuanto al contenido de esta conversión, podemos resumirlo en las tres dimensiones de nuestra persona: Con relación a Dios (oración), en relación a nosotros mismos (ayuno) y en relación a los demás (caridad). Es tiempo para revisar estas tres dimensiones fundamentales de nuestra vida. Podemos hacernos alguna pregunta: ¿Es Dios el Señor de nuestra vida y solo a él servimos? ¿Nuestro yo gira solo alrededor de nosotros mismos? ¿Estamos abiertos a los demás con actitudes y gestos de caridad?

Deseo a todos una provechosa Cuaresma, que lo será si nos dejamos llevar por la mano de Jesús, que venció todas las tentaciones que le aparecieron en su cuaresma de 40 días en el desierto (Mt 4,11).

Padre Fray Emilio Santamaría Fernández, O. de. M.
Superior del convento mercedario de San Gregorio
Director espiritual de la Fraternidad Seglar