Los datos tradicionales de la vida de Ramón Nonato nos lo presentan en el siglo XIII. Nacido en Portell, nacido cuando su madre ya había fallecido, y venido al mundo con la daga del vizconde de Cardona que mediante una cesárea sacó al niño del seno de su madre; de este hecho le vino el sobrenombre de Nonato ("no nacido").
Sin embargo, ya desde las investigaciones del siglo XX vemos al fraile llamado Ramón Surrons, natural de Portell, que participa en el capítulo de El Puig (1324), o siendo definidor en el de Lérida (1335). En este último capítulo fue nombrado redentor, y fue en esa redención de Argel dónde sufrió el martirio del candado y otros tormentos, según Guillermo Vázquez (Manual, 200-202). Descubrimos en Ramón una vida entregada al servicio redentor, sufriendo los mismos padecimientos de los cautivos, sostenido por la fuerza de la Eucaristía y la devoción filial a la Madre de Dios.
Según la tradición, su muerte fue repentina mientras se encontraba camino de Aviñón donde el Papa lo nombraría cardenal, no habiendo sacerdote que le pudiera administrar el viático, lo recibió milagrosamente administrado por el mismo Jesuscristo.
Es sin duda el santo mercedario más popular, debido especialmente a la acción de los misioneros populares que lo tenían como protector. Por ello su imagen se encuentra esparcida por todo el orbe con algunos elementos que lo identifican, como es la palma de martirio con la triple corona, y el ostensorio con el Santísimo Sacramento en su mano derecha. Por el hecho milagroso de su nacimiento es el patrono de las mujeres embarazadas, al que se acogen en el momento del parto. La Orden de la Merced recoge en su Ritual dos elementos vinculados a san Ramón: la bendición de la madre gestante y la bendición del agua en favor de los enfermos.
El 5 de noviembre de 1625 se consiguió el decreto de reconocimiento de culto inmemorial. Se insertó en el Martirologio romano el 19 de junio de 1655; y Clemente IX concendió la extensión del oficio y la misa a toda la Iglesia ad libitum. Inocencio XI lo elevó a rito doble obligatorio para toda la iglesia el 10 de marzo de 1681.
Oremos por las madres que esperan un hijo, para que experimenten siempre el auxilio de san Ramón Nonato y sean para sus hijos brazos acogedores y corazón entregado.