Nuestra Madre y Señora de la Merced ha sido ataviada por su vestidor y camareras para los próximos cultos y solemnidad de San Pedro Nolasco.
Para esta ocasión, nuestra imagen ha sido ataviada con la saya de damasco conocida como la de "las palomas", por encontrarse en la decoración del tejido dichas aves, escapulario de raso pintado al óleo de probable factura conventual y manto de damasco beige, todas piezas fechadas en torno a mediados del siglo pasado. A modo de tocado luce una mantilla de encaje de Tambor de principios del siglo XX.
De igual modo, el Niño Jesús viste escapulario y capita pintados y enriquecidos con calamina, fechados con probabilidad en los años 40 o 50 del siglo pasado, de presumible obrador conventual.
Culmina su iconografía la ráfaga, corona, cetro, media luna y potencias de finales del siglo XIX o principios del siglo XX.
Madre de la Merced, danos la fuerza necesaria para hacer presente tu mensaje de amor y libertad.
